LAS TECNOLOGÍAS DE LA INFORMACIÓN Y LA DESIGUALDAD EDUCATIVA.
Metodología:
Investigación sobre las
consecuencias producidas en la educación a causa de las tecnologías de la
información.
Resumen del artículo:
El artículo parte del supuesto que las tecnologías de la información no definen por ellas mismas los objetivos sociales que pretendemos alcanzar. La potencialidad democratizadora o innovadora de las tecnologías depende de los modelos sociales y pedagógicos en los que se inserte su utilización. Se analiza la brecha digital tanto entre países como en su interior, así como la dinámica de producción de contenidos y el impacto de las nuevas tecnologías sobre los resultados de aprendizaje. En el diseño de estrategias políticas se reconoce que la variable clave son los docentes y se alerta sobre la necesidad de que los procesos de introducción de las tecnologías de la información en las escuelas sean acompañados por instancias de experimentación y de evaluación, que son las únicas que pueden evitar falsas ilusiones y garantizar que las enormes inversiones que requieren estos procesos tengan los efectos buscados.
Conclusiones:
América Latina se está muy lejos de obtener el
desarrollo tecnológico que hay ya existente en otros países, ya que si por
ejemplo nos fijamos en las computadoras podremos ver que, mientas en 2003 los
países desarrollados contaban con un nivel superior al 50%, los
latinoamericanos siguen con un lento crecimiento que les permite llegar en 2005
a una tasa de 10% de computadoras por cada 100 habitantes.
Otra
manera de comprobarlo sería con el acceso a Internet, pues cuando otros países
más desarrollados contaban con una penetración cercana al 60%, la región Latino américa solo contaban con un 18%.
Por
tanto podremos decir que el acceso a Internet está íntimamente asociado al
ingreso económico, nivel educativo, género y a la etnia. Así, por ejemplo, el usuario sudafricano
medio de Internet tiene un ingreso económico siete veces superior al promedio
nacional; el 90% de los usuarios latinoamericanos proviene de los sectores más
ricos de la población; en todas las regiones del mundo, porcentajes muy altos
de los usuarios tienen títulos universitarios; en Estados Unidos el uso de
ordenadores en las casas es cinco veces superior en los niños que en las niñas;
los jóvenes tienen mucho más acceso que los adultos y las diferencias por
grupos étnicos también son muy significativas.
Esto oculta importantes desigualdades educativas internas, así, por
ejemplo, se sabe que la competitividad de las diferentes tecnologías de acceso
no ha mostrado resultados concluyentes y que, sin embargo, se han efectuado
inversiones muy significativas (por ejemplo en satélites) sin resultados
positivos, porque estuvieron centradas en pronósticos inadecuados con respecto
a las tendencias del mercado.
Pero, ¿Qué papel juega el sistema
educativo en este proceso de expansión?
En este contexto, los países de América Latina pueden mostrar experiencias
innovadoras muy interesantes de baja densidad tecnológica y significativa
cobertura (por ejemplo, la telesecundaria en México o los programas de la cadena
O Globo, en Brasil); así como experiencias de portales educativos y de
incorporación masiva de computadoras en las escuelas de enseñanza básica.
Las experiencias son muy diversas, pero existe consenso en reconocer que la
incorporación de las nuevas tecnologías de la información en las escuelas es probablemente
la estrategia más importante desde el punto de vista de la universalización del
acceso. En este sentido, también se reconoce que el papel del Estado es
fundamental. Por ejemplo: los estudios internacionales de PISA y TIMSS muestran
que, mientras en los países desarrollados menos del 10% de los estudiantes de
octavo grado usan computadoras sólo en su escuela, en el caso de Chile esa
cifra sube a 49%. Lo mismo vale para el 37% de los estudiantes de 15 años mexicanos
y el 24% de los uruguayos.
Por tanto como conclusión podríamos decir que las tecnologías de la
información influyen claramente en la educación de los niñas y niñas, pues
obviamente aquellos países de bajo nivel económico no obtienen los mismo
recursos tanto tecnológicos como de cualquier otro tipo que los países con un
nivel económico aceptable, y que de este modo aquellos que estudian en un país
alto nivel económico se les ofrecerá mejores hábitos educativos, lo que
influirá en sus resultados académicos.
Bibliografía:
Tedesco. J.C (2014).Tecnologías
de la información y la desigualdad educativa de Latino América. Revista de Políticas Educativas.
(22), p. 4-10.
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